lunes, 6 de junio de 2011

El teatro debe estar vivo cada vez que suceda

La búsqueda nunca termina, los personajes y las obras nunca están acabados. En el cine, se graba, se edita y se vende. No tenemos la posibilidad de, una vez acabado el trabajo, mejorarlo. En el teatro es distinto. Cada nueva actuación supone una nueva oportunidad de enriquecimiento. Cada nueva actuación debe ser la primera y más auténtica. Si creemos a un personaje completado, lo estamos matando. Si coartamos la continua evolución de una pieza en movimiento, el teatro, para nosotros que lo creamos, también muere.

Nosotros, los actores, actrices, directores... somos dueños de nuestro trabajo. Y está sólo en nosotros la capacidad de dotar a éste de la importancia que se merece.